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"Alguien sin duda ocupe tu lugar" nos dice Franco de Vita en su canción "Un buen perdedor", refiriéndose a esa noción abstracta, intangible, denominada “lugar”. Si alguna vez lo has sentido, percibido, entonces sí podemos analizarla.
ESTE
LUGAR ESTA RESERVADO
A veces, cuando se va con la familia o amigos a un cine o un restaurante, alguien va al baño, y con
mucho respeto, le guardamos celosamente su asiento, hasta que regrese. Así es ese
“lugar” que tenemos reservado para ese alguien especial, para ese alguien que
conocemos o ese alguien que no conocemos aún. Ese lugar se encuentra en nuestra
mente, en nuestro corazón, en nuestra vida. Pero ese alguien especial también
posee un “lugar” propio y reservado para alguien especial, y nos toca averiguar
si uno podría ser ese alguien.
Cuando encontramos a ese alguien especial, le damos cabida en nuestro lugar
reservado, o al revés, queremos tomar ese lugar en la vida del otro. En
cualquiera de los dos casos, algunos lo hacen lentamente, otros más rápido. La
velocidad con que se abra o se ocupe este lugar dependerá de las necesidades de
las dos partes, incluso venciendo aquellos obstáculos causados por nuestra
naturaleza humana, como la desconfianza por ejemplo, que muchas veces es
producto de malas experiencias anteriores.
Este lugar, mío o el de él, puede sentirse, percibirse. Dentro del
proceso de amistad, o emparejamiento, cuando recién nos estamos conociendo, ese
alguien puede hacernos sentir que “su” lugar está "lleno", o tal vez
“vacío”. Incluso, puede hacernos sentir que uno es el indicado para llenarlo, o
no.
Es todo un proceso complejo, pues el emparejamiento incluye a más de dos
personas, incluye también a la
FAMILIA , mejor
dicho, el objetivo de dicho proceso es alcanzar un lugar o posicionamiento no
sólo en su mente, en su corazón, en su vida, sino también en su FAMILIA, y ésta es una idea tremendamente
atractiva, con mucha mayor razón si tomamos en cuenta que la familia puede ser
también un obstáculo, por tanto, ganarse a la familia es todo un triunfo, que
equivale a un trono, al podium de los ganadores : ocupar el lugar
verdaderamente ansiado.
La soledad puede hacer sentir que nuestro lugar está "vacío" :
la ruptura, el alejamiento o la muerte del ser querido puede hacérnoslo sentir.
Si has leído "El amor en los
tiempos del cólera", te habrás dado cuenta cómo el genio de Gabo
describe ese gran vacío que experimenta la protagonista Fermina al descubrir la
inmensidad de su cama ante la ausencia del marido muerto : ese desbalance
provocado por la falta del "peso" correspondiente al otro lado del
lecho nupcial, cuando por costumbre ella ocupaba sólo la mitad.
Así, podemos "sentir" que la cama simboliza el punto
culminante de nuestro "lugar", que se halla en el rincón más bonito,
el más íntimo, destinado para el sexo y el amor. Ya sea en nuestra propia casa
o en un hostal, en la cama se halla el pináculo del proceso, la última parada
dentro de la búsqueda del tesoro.
Pero ojo, la cama no sólo es un objeto físico destinado al placer de
dormir y sexear. Ese “ring de las cuatro perillas” no sólo se halla en la casa
o en el hostal, también se halla en nuestra mente, en nuestro corazón. Cuando
vemos a una pareja sentada en un banco del parque, recostados el uno contra el
otro, están “improvisando” una cama, y dicho en lenguaje romántico, están
compartiendo ese “sueño” que comúnmente realizamos a solas, con nuestra cama,
con nuestra almohada.
A LA FUERZA
A veces, el lugar del otro ya está ocupado y nos cuesta aceptarlo. Otras
veces, hay quienes se arriesgan a desplazar a quien lo ocupa, y cuando la dura
competencia tiene éxito, podemos ver cómo nuestro lugar es ocupado por otro,
cosa que puede causar grandes CELOS al sentirnos desplazados, rechazados, al
sentir que dicho lugar es como una valiosa propiedad que nos están robando.
Muy por el contrario, hay otros que comparten este lugar con más de una
persona, aquellas parejas llamadas “abiertas”, al buen estilo musulmán.
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Y tú amigo imaginante, puedes hacerte estas preguntas con respecto a ti
mismo : ¿Cuántos han pasado
por mi lugar? ¿Porqué está vacío? ¿Quién deseará compartirlo conmigo?
Como también puedes hacerte estas preguntas con respecto al hombre que
te interesa : ¿Existirá algún lugar
destinado para mí? ¿Qué y cómo debo hacer para ocupar el lugar de ese hombre?
Estas son interrogantes que nos podemos hacer mientras buscamos a ese
alguien especial que nos permita compartir el lugar ansiado … y nos permita
comprender porqué nuestro lugar puede ser ocupado.
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