A propósito de la censura sufrida por la artista CRISTINA PLANAS en octubre del presente año, en la Sala Cultural “Luis Miró Quesada Garland” de la Municipalidad de Miraflores, es que escribo este artículo ( http://lamula.pe/2012/10/19/miraflores-munoz-arte-cultura-censura-cristina-planas/bufalino/danilanzara ).

Su exposición “ASI SEA” contenía obras de arte en donde figuraban imágenes de Jesucristo y algunos Santos que escandalizaron a un sector católico-conservador ( y económicamente influyente ) dizque por sus formas “obscenas y sacrílegas”, provocando la reacción esperada : se organizaron como vecinos con mil firmas de ciudadanos ante el alcalde Jorge Muñoz logrando la censura y cierre de dicha exposición, además de la expulsión del director de dicha sala cultural, el reconocido crítico de arte Luis Lama.

Son indudables dos cosas : el indignante atropello a la libertad de expresión y la convenida indulgencia de dicho alcalde.

 

 

EL PREMIO DE LA CENSURA

 

Es claro que me uno a dicha indignación, sin embargo, considero que una CENSURA de este tipo es como un “premio”, un galardón, una medalla de oro dentro de las olimpiadas del arte.

¿Porqué digo esto? Sencillamente, porque el verdadero artista es aquel que rompe las reglas, quiebra las normas, se trae abajo lo convencional, lo tradicional y se adelanta a su época, sin importarle el estereotipo ni el qué dirán; creando provocación, polémica, crítica, lo que deviene en el rechazo y prohibición de una sociedad retrógrada y neofóbica que no está preparada para la vanguardia.

Mentiría si dijera que el artista no es egocéntrico ni le importan los aplausos ni el reconocimiento público. ¿Qué artista no sueña con la exitosa comercialización de su obra y vivir cómodamente de ello? Pero el verdadero artista es un rebelde que tiene una visión, una misión, un objetivo; no se prostituye ni se deja seducir por la rentabilidad, lo cual no está peleado con el éxito, pues hay varios que lo lograron rompiendo esquemas y manteniendo firme su originalidad, sumada a la indiscutible calidad de su estilo.

La libertad de expresión es su oxígeno y la provocación polémica es su atractivo, por lo que la COMPLACENCIA es un pecado y la INDIFERENCIA es su peor castigo. No se vende, no se casa con nadie y no le gusta el éxito fácil, sino el reconocimiento de su propia marca bajo sus propias condiciones, llegando a tener seguidores y admiradores que siguen su obra, lo que a veces se denomina “de culto” dentro de la corriente subterránea.

 

SEXO
 

Nabokov, Bocaccio, Sade, Schnitzler, D. H. Lawrence, fueron intelectuales desprejuiciados que con sus libros rompieron el tabú sexual, ganando la polémica, la prohibición, y el trascendental reconocimiento de sus obras liberales.
 

La misma pornografía, tuvo que pelear juicios y derribar muros de moralidad para lograr orgullosa su actual y libre expansión comercial.

 

Un claro ejemplo es la película “El Imperio de los Sentidos”, que aunque no es un film pornográfico ni mucho menos erótico ( http://el-imaginante.blogspot.com/2012/01/555.html ), está censurada hasta hoy en Japón.

 

 

RELIGION
 

La genial película “La Ultima Tentación de Cristo” del famoso director Martin Scorcese ( novela del griego Nikos Kazantzakis ) se ganó 10 años de censura en todo latinoamérica, para luego ser comercializada como pan caliente, y es que lo prohibido estimula aún más el deseo. Prohíbe algo y verás cómo será más deseado, como en el cuento “El Rey y la Papa”.

 

DROGAS, ROCANROL Y EDUCACION
 

Y si hablamos de prohibición y deseo, no hay mejor ejemplo que las drogas ilegales : los exitosos Beatles con toda su fama y dinero no pudieron evitar la censura de algunas canciones suyas ( Lucy in the Sky with Diamonds, A Day in the Life ) que según los conservadores ( entre ellos la BBC de Londres ) incitaban al consumo de drogas.

 

No es raro que temas tabúes como éste se asuman en este tipo de música, que en sus inicios se abrió paso entre prohibiciones y críticas conservadoras por la brecha generacional y libertad que representaba, por lo que en su madurez contestataria, artistas como Pete Townshend ( guitarrista y cantante líder del grupo The Who ) dijo “Si gritas pidiendo verdad en lugar de auxilio, si se compromete con un coraje que no está seguro de poseer, si se pone de pie para señalar algo que está mal pero no pide sangre para remediarlo, entonces eso es rock and roll”.
 

El mismo pianista ciego Ray Charles se ganó las pifias de su propia raza al tomar elementos del religioso gospel negro.

 

Y para mayor gloria del rock, la película “The Wall” del exitoso grupo Pink Floyd fue censurada en Rusia y en la dictadura militar en Argentina durante los 80s por su mensaje en contra de la educación represiva, pero más que nada contra la opresión y el autoritarismo.

 

 

¿MODERNO PRIMER MUNDO?

 

Como hemos visto, la censura, aunque fenómeno conservador, sucede en el moderno primer mundo ( http://revcom.us/a/224/smithsonian-es.html ) donde el comercio ( a pesar de ser un libre mercado ) y el arte, a veces tienen que lidiar con las prohibiciones.

 

Si esto sucede en los países modernos-liberales, imagínense como es en los países comunistas o socialistas ( o más bien fascistas ) donde parametran todo prohibiendo esto y aquello.
 

Sin ir muy lejos, en nuestro propio suelo tercermundista ( de nuestra cucufata sociedad ) hemos tenido un experimento así, durante diez largos años de gobierno militar que inició el tirano Juan Velasco Alvarado, seguido de Francisco Morales Bermúdez.

Sólo basta mencionar que en esa época se prohibió la presentación del excelso guitarrista mejicano Carlos Santana, tildándolo de “hippie imperialista”.

 

 

LA VERDADERA VICTIMA : EL PUBLICO

 

Por todo esto, pienso yo que a estas alturas, la artista CRISTINA PLANAS debe estar orgullosa de su gran logro : no todos los días se censura una exposición, y no cualquiera se la gana.
 

Sin embargo, a pesar que el artista, en vez de perjudicarse, podría ganar sus laureles con dicha censura, quien realmente se perjudica es el público, no sólo porque un artista sin público es un ser incompleto, sino también a la inversa : un público ávido de arte al cual se le selecciona lo que debe ver y escuchar ( como a un niño ) es tratarlo como a un idiota, recortando sus derechos y perdiendo la oportunidad no sólo de deleitarse, sino también de abrir su mente, evolucionar espiritualmente y ampliar su horizonte sobre la verdad mediante la diversidad de opciones culturales, que es justamente lo que busca la censura.

En otras palabras, la censura es la manera cómo los retrógradas nos enseñan a ser retrógradas.

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