domingo, 1 de agosto de 2010


PRIMER PREMIO del CONCURSO DORIAN 2007

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Querido padre :

Aprovecho estos minutos de tranquilidad antes que amanezca para escribirle esta carta. Le sorprenderá tenerla entre sus manos, sabiendo que aquí en la base militar tenemos prohibido escribirlas, pero hice los arreglos necesarios para que le fuera enviada en forma secreta, sin arriesgar la seguridad de la familia. Antes que nada, tome las cosas con calma y léala cuidadosamente para que entienda el motivo tan grave que me obliga a romper esta norma.

El comando conjunto avisó por radio que desde hace tres días la comunidad asháninka "Flor de un Día" se encuentra en poder de sendero luminoso. Según la versión de un nativo que logró escapar, los ronderos no pudieron repeler esa invasión, ya que eran como cincuenta tucos armados hasta los dientes. Además, tienen capturados a dos oficiales, y en esa misma zona los narcos están construyendo un aeródromo, obligando a los comuneros a punta de metralleta.

Como verá padre, es más que una misión de rescate. Por eso el jefe del comando ha ordenado liberar inmediatamente esa zona, por ser nuestra base la más cercana al lugar de los hechos. El capitán ha seleccionado a cincuenta soldados, los cuales iremos bien pertrechados de armas, municiones y explosivos. Partiremos al amanecer y seremos transportados en helicópteros hasta Puerto Mairo, pueblo cercano a dicha comunidad.

La cosa va a estar muy fea, pero creo que esta batalla ya la tenemos ganada, no sólo por nuestra bravura, entrenamiento y equipamiento, sino también porque habrá apoyo aéreo o más refuerzos por tierra si es necesario. El ejército no puede perder, somos más fuertes que esos desgraciados.

Sin embargo, existe otro peligro que amenaza mi vida. Le diré cuál es, pero primero seré totalmente sincero y le confiaré algunas cosas que no se las pude decir antes, de hombre a hombre, de hijo a padre. Que esto quede entre usted y yo.

Hace poco decidí desertar. Me volví loco y decidí abandonarlo todo e internarme en el monte para vivir como un ermitaño. No lo hice porque aquí hay un reservista apodado "Chego" que supo aconsejarme, salvándome de tomar una pésima decisión. Le aseguro que es lo único bueno que me sostiene en este infierno de mierda. Cada vez que me deprimo, él me reanima. Cuando estoy por volverme loco, me tranquiliza. Cuando bajamos al pueblo para emborracharnos, me trae a cuestas. Una vez fuimos emboscados por los terrucos y él recibió la bala que iba dirigida a mí, gracias a Dios pudo recuperarse. Eso demuestra su valor y lealtad, por eso lo considero mi mejor amigo. Acuérdese de Aquiles y Patroclio, esos dos grandes guerreros griegos. Así me siento yo, como un guerrero inmortal en compañía de otro.

Hace unos días un conscripto descubrió bajo su almohada una revista pornográfica en la cual había fotos de hombres desnudos. Lo reportó ante el capitán, seguro que para ganarse su confianza. El capitán pudo haberlo reportado al teniente, pero no lo hizo. Sin embargo, lo odia, y todos en la base lo joden, sin tomar en cuenta lo que hizo por mí. Me armé de valor y le dije que si lo odia, entonces que me odie a mí también, y sabe porqué?, pues porque yo también tengo esa misma debilidad. Sí padre, es cierto. Seguramente en este momento que está leyendo estas líneas usted debe sentir una gran decepción, pero es la verdad. Sé que estoy yendo en contra de Dios y de todo principio, así que podría guardar este secreto, pero prefiero abrirle mi corazón, porque es de hombres ser francos.

He reflexionado mucho en estos días, recordando mi infancia y muchos pasajes de mi vida. Tanto de niño como de joven sentí atracción por otros de mi edad, y usted sin saberlo, reprimió en mí cualquier sentimiento contrario a la hombría. Pero ese sentimiento siempre afloraba en contra de mi voluntad, y trataba de ocultarlo en lo más recóndito del olvido. En medio de esa lucha conmigo mismo es que me comprometí con Celina, para tomar el rumbo correcto, formar un hogar y hacerlo a usted un feliz abuelo. Pero eso sería una hipocresía viviendo una eterna mentira, y Celina no se lo merece. Prefiero ser sincero conmigo mismo, con usted, con los demás.

No vaya a culparse, y tampoco culpe a mi madre que en paz descanse. Usted siempre fue muy estricto y eso lo respeto mucho porque así me convirtió en hombre y soldado como usted que luchó en el conflicto limítrofe con Ecuador, algo que siempre he admirado y tratado de imitar. Recuerde que he llegado a ser sargento por el valor demostrado en tantas intervenciones, rastrillajes y operaciones. Usted me conoce padre, soy capaz de dar mi vida por mi familia, por mi patria, y también por mi mejor amigo. No puedo negar mi verdadera naturaleza, lo cual no me avergüenza porque no es un delito. Tampoco es un pecado, creo que Dios nos quiere a todos por igual. No espero que usted lo acepte de inmediato, o tal vez nunca lo acepte, pero lo importante es que sepa la verdad.

Ahora sólo queda decirle adiós y para siempre, ya que el capitán ha preferido amenazarnos de muerte antes que reportarnos al teniente, justamente para que no seamos transferidos, y tenernos en la base hasta encontrar la oportunidad de cumplir su amenaza.

Conversé de esto con Chego y pensamos que tal vez lo mejor sería pedir nuestra transferencia al mismo teniente, pero se armaría un escándalo innecesario y tal vez un juicio o un acto de degradación. Fue entonces que llegó la noticia de la comunidad asháninka en poder de los terrucos y resolvimos no hacer nada, sólo seguir las órdenes. Ahora el capitán tiene la oportunidad que estuvo esperando. Por eso nos ha incluido en este escuadrón de la muerte, para aprovechar el caos de la batalla y asesinarnos impunemente, pero no le daré el gusto, mataré al hijo de puta si es preciso.

Ahora ya sabe que tengo dos enemigos y doble motivo para morir. No creo que salga vivo de ésta, por eso le escribo esta carta.

Bueno padre, está amaneciendo y debo prepararme. Ya le escribí todo lo que tenía que escribirle. Le agradezco todo lo que hizo por mí y espero comprenda mi posición. Cuando vaya a visitar la tumba de mi madre, póngale una flor de parte mía, porque yo siempre la tengo presente en mis oraciones. A Celina dígale que siempre la quise, pero que mejor rehaga su vida junto a un hombre que no sea militar ni policía, pues ella no merece convertirse en viuda siendo tan joven. Por último, le pido un gran favor. Chego es huérfano, y si usted recuperase nuestros cadáveres, encárguese de enterrarnos juntos, sólo eso le pido, pero si le incomoda, entiérrelo aunque sea en un nicho aparte.

Me despido con un tierno abrazo.

Su hijo, Sargento(a)Roldán.

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“ATALAYA (Ucayali), 6.- Un destacamento helitransportado de 51 efectivos del ejército provenientes de la base contra subversiva "Los Sinchis" en Satipo, se enfrentó ayer en la mañana con más de 50 senderistas que desde hace cuatro días habían tomado la comunidad asháninka "Flor de un Día", en Iscozacín, Oxapampa, logrando rescatar a dos oficiales y más de cien comuneros. Los soldados sostuvieron casi diez horas de lucha hasta que llegaron los refuerzos por aire, coronando con la victoria esta peligrosa operación de rescate. Más de la mitad de subversivos fueron eliminados, y el resto fue capturado. También en la misma zona el ejército destruyó un aeropuerto clandestino que operaba una "firma" de narcotraficantes denominada "Pocillo". Todo esto fue posible gracias a la información dada por Samuel Chiquirene, un nativo asháninka que habla español con dificultad, quien logró escapar de sus captores y se ofreció para guiar al destacamento. En las filas militares hubieron tres bajas: Capitán Carlos Zumaeta Benites, Sargento Luis Garrido Panta y el soldado Juan Huangal Céspedes. Sus cadáveres serán enviados mañana a Lima, en donde se les rendirá un póstumo homenaje como héroes en esta lucha contra la subversión.”

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Los lugares y personas aqui mencionados, son REALES, existen, y fueron extraídos de los archivos del diario EL COMERCIO para poder crear esta ficción.

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1 comentario:

Félix Esteves dijo...

Emotiva carta, te digo con sinceridad que se me escapo una lágrima. El pedido de Roldán al final cuando le pide a su padre de enterrarlos junto a Chengo es muy bello.
Realmente, un hermoso trabajo literario.
Saludos
Félix